aceite de alfombra

Con la calle gris y lluviosa, se ha presentado un jubilado, al que su señora le ha mandado a la farmacia a comprar “Aceite de alfombra”.

Tras muchas disquisiciones, total el señor estaba mejor en la farmacia seco y de charreta, a uno de los Auxiliares, zorro viejo de los que pocos quedan, le ha preguntado:

-¿No será de moqueta?

Al señor se le ha iluminado la cara.

-Coñi (si) eso era. Aceite de moqueta rosa.

Se ha ido tan contento con su envase de Aceite de Rosa Mosqueta y
aliviado de haber evitado una bronca.
(Anécdota recogida de otra farmacia)